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¿Y después de Alan qué?

Publicado: 2019-04-21

Alan García se fue como quiso, en olor de multitud. Su ego, propio de una persona que se sabía inteligente, no podía permitir que mancharan su honor. Se ha ido entre cánticos Apristas, llantos y respeto hasta de sus adversarios, esos que durante 30 años lo señalaron más de una vez. 

Nadie puede negar que Alan García ha sido el hombre más amado y odiado del país; desataba más de un sentimiento. Nadie puede negar que su inteligencia, su facilidad de oratoria y esa memoria prodigiosa era admirada por cuanta persona se cruzaba con él. Esa personalidad enorme y sarcástica lo hacían único, sobre todo alguien a quien otros debían envidiar. No es odio lo que sintieron por él, sino envidia, frustración de desear tener esa mente privilegiada y capacidad de poder saber de todo un poco más que los demás, poder manejar otros idiomas como si hubiese nacido en cada país de procedencia, y poder tener las palabras exactas para debatir con un adversario y ridiculizarlo sin necesidad de bajezas. ¡Un estadista en toda la palabra! 

A Alan lo persiguieron, e incluso luego de muerto pretenden aún hacerlo, pues sus enemigos, esos implacables sabuesos, no conciben que se haya ido, no lo aceptan e inventan mil y un historias para mantenerlo con vida. Sin quererlo lo están convirtiendo en una gran leyenda. 

Pero muerto está, y aunque les duela murió siendo inocente, con la fortuna de poder quedar en los libros de historia con más de 150 mil obras, con el crecimiento económico más grande de los últimos tiempos, con ser forjador de la unificación de América a través de la Alianza del Pacífico, recuperando para nosotros gran parte de nuestro mar, modernizando nuestro transporte con el tren eléctrico y mejorando el nivel educativo con los colegios emblemáticos y más; pero sobre todo, Alan dejó algo importante a su muerte, dejó frustraciones, dejó a muchos envueltos en su mar de odio, ahogados sin duda en sus resentimientos, esos, que hoy tendrán que buscar en qué o a quién avocar todo ello que los carcome porque Alan los venció, y fue la tercera y última; no pudieron escupirlo como deseaban, hoy tienen amargamente que soportar que todos reconozcan su liderazgo, que salga en cuanto canal de TV existe siendo recordado como él quiso, como un líder, como un gran político, como el mejor de los presidentes, eso les duele, eso los mata, Alan los venció y esta vez para siempre. 


Escrito por

Rafaella Vasquez Pelaez

Madre, estudiante de derecho, Aprista de las buenas y opinologa por casualidad.


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