En nuestro país parece que el feminicidio se ha convertido en noticia repetida, en algo común. ¡Ya nadie se indigna! 

Nuestro Presidente ha dicho que la muerte de Eyvi Ágreda ha sido un "designio de la vida" ¿en serio?. A caso 43 asesinatos resultaron ser "designios de la vida", cosa natural que tuvo que llegar a cada una de esas mujeres, parece.  

Y es que esa pasividad con la que el Estado nos mira, la causante de tantas muertes. 

Vivimos en una sociedad infestada de machismo, lo respiramos a diario en cada actitud intolerante e irrespetuosa, en cada acción de superioridad y prejuicio que evidenciamos sobre alguien más. Esto tampoco ha sido un "designio de la vida", sino una construcción social que se ha ido fortaleciendo al pasar del tiempo, en cada época, teniendo como cómplice al Estado. 

Este machismo agrede, enbrutece, mata. Ese machismo ha aumentado los casos de agresión y feminicidio en un 26% con respecto al año anterior, según el MIMP; 103 mujeres escaparon de morir en manos del machismo convirtiéndose en parte de la cifra de tentativa de feminicidio. 

Todas ellas, nosotras y las que ya no están no luchamos contra los "designios de la vida" sino contra el designio de algunos que se creen con el derecho de decidir sobre nuestras vidas, sobre nuestros cuerpos y que tienen en la Justicia a un aliado llamado IMPUNIDAD.